Sócrates Café o Café Filosófico

Sócrates Café o Café Filosófico

En el año 2000, la Sociedad de Filosofía Aplicada de México (SOFIAM) inició con su Café Filosófico o Sócrates Café en la ciudad de Guadalajara, México siendo éste el primer café filosófico realizado en nuestro país. Impulsados y animados por el mismo Lou Marinoff nos dimos a la tarea de formar una comunidad de indagación en la cual la filosofía vernácula era el motor para discutir sobre los tópicos que en ese momento nos parecían de interés para cada uno de todos, para nuestra sociedad y además para pasar un buen rato en compañía de los amigos, un buen café o un buen vino.

Los Sócrates Cafés son espacios para la búsqueda de la verdad a partir de un diálogo racional estructurado que utiliza la meyéutica (de ahí su nombre Sócrates Café) como su método, en el cual cualquier persona de cualquier profesión, creencia, cultura, etc., puede participar. La idea u objetivo central es reflexionar de forma comunitaria, no únicamente en busca de respuestas sino en busca de preguntas, temas de interés de tal forma que entre todos los participantes se logre construir un criterio que nos ayude a  interactuar de mejor modo con la realidad y la vida cotidiana. Se suele afirmar que se trata de volver la vida más apasionada a través de la reflexión en la búsqueda de la certeza.

El ambiente debe ser de respeto, cordialidad, humildad, lejos de toda soberbia intelectual pues no se trata de dar lecciones ni tampoco es el momento para que de forma individual se den indoctrinamientos ni proselitismos de ningún tipo. La dinámica se da a través de un moderador quien se asegura de que nadie acapare el micrófono y que todos tengan la oportunidad de expresar sus forma de pensar. Tampoco hay discursos correctos o incorrectos, verdaderos o falsos. La comunidad de indagación sigue el principio de que la verdad se construye de manera conjunta, puesto que la realidad es algo que escapa a un solo intelecto y ésta es mejor si es revisada entre muchas cabezas, de este modo es cierto que la realidad no se construye pero el conocimiento de ella sí. Para lo cual no hay que ser grandes conocedores, si no más bien grandes observadores. El café filosófico no inicia con la postura o un conocimiento previo, sino que se va conformando, de ahí que la democracia y el consenso son valores fundamentales para su realización por lo que el café además promueve valores ciudadanos mismos que hoy en día son tan mencionados.

El Café Filosófico es así un sistema de democratización del saber en el que todos aprendemos de todos y todos enseñamos a los demás.

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